En el
desarrollo del liderazgo es supremamente importante entender la dependencia
amorosa de Dios, de él venimos y a él vamos.
Si logramos ordenar razón, emoción y acciones en
Dios todo será más fructífero.
La siguiente es una oración que hace referencia a
ese ejercicio.
“Pedir
gracia a Dios nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina
majestad”. Oración Preparatoria [EE.46] San Ignacio de Loyola.
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